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2. Coloque un tronco horizontalmente en la cámara de combustión y coloque dos pastillas de
encendido al lado del tronco. Encienda las pastillas y coloque rápidamente otro tronco cerca de la
llama. Coloque después un par de leños más atravesados por encima. Las pastillas de encendido
deben recibir suficiente aire, y los leños deben estar cerca unos de otros y "calentarse" entre ellos.
3. Deje la puerta entreabierta, con una rendija de 1 cm aproximadamente, hasta que el cristal se
caliente tanto que ya no pueda tocarlo, a continuación cierre la puerta. Cuando vea claramente
llamas y el fuego haya prendido, cierre la toma de aire primaria que hay en la parte inferior de la
puerta (ver punto 3.1.3).
3.7 ¿Qué leña es adecuada para la estufa?
Leña y briquetas. Recomendamos utilizar leña dura y troceada, que se haya guardado al menos 1 año bajo
techo al aire libre. La leña que se guarda en interiores tiene tendencia a estar demasiado seca y por tanto
se consume demasiado deprisa. Recomendamos recolectar la leña en invierno, cuando la humedad de la
leña se almacena en las raices. Para lograr una ignición óptima, la humedad de la leña no debe superar el
18 %, lo que corresponde aproximadamente, a un año de almacenamiento al aire libre bajo techo. La
humedad de la leña se puede calcular con un medidor de humedad. Otro método, consiste en untar un
extremo del tronco con jabón y soplar por el otro extremo; si la madera está suficientemente seca,
aparecerán burbujas. Aconsejamos cortar la leña en troncos con un diámetro de 10 cm y una longitud
máxima de 39 cm. Si se utiliza leña demasiado húmeda, la eficiencia de la estufa se reduce
significativamente, y la emisión de partículas aumenta.
Está prohibido quemar madera lacada, impregnada, láminas, papel ni otros residuos: la combustión de
estos materiales daña el medio ambiente, la estufa y su salud. Tampoco pueden utilizarse combustibles
fósiles.