¿Cómo se juega?
Se van alternando el adulto y el niño / los niños.
Las rimas que el adulto recita también las podrán recitar los niños cuando ya conozcan
el juego.
Comience usted diciendo:
Cerramos los ojos, aguzamos los oídos,
¡comienza la historia de Mía y los sonidos!
Tápese los ojos con las dos manos y acto seguido colóquelas detrás de las orejas
formando un pabellón. Ésta es la señal para que los niños cierren los ojos. Siga
recitando a continuación al tiempo que esconde la ficha de la ratoncita Mía debajo de
una casita del bosque cualquiera. Coja el instrumento de la mamá dibujado en ella:
La ratoncita sale muy de mañana a pasear,
cantando va por el bosque Tin tán, Tin tán.
Va a visitar a unos animalitos muy amigos
que la invitan a queso, chocolate e higos.
Toque el instrumento (= «llamar a la casita del bosque»), y acto seguido vuelva a
dejarlo a un lado y continúe recitando:
A la puerta de la casa llama con una melodía.
«¡Amigo mío, aquí estoy, soy tu amiga Mía!»
«¡La adorable ratoncita! ¡Qué gran alegría!
¡Pasa dentro, no te vayas a quedar fría!
Cierra rápido la puerta tras de ti
y siéntate enseguida junto a mí.»
Los niños pueden abrir ahora los ojos.
Coloque a la mamá ratona en el centro del tablero de juego y diga:
Abrid los ojos, mirad bien al frente.
¡La mamá ratona aparece de repente!
«Mi niña Mía, ¿dónde se ha metido?
¿Sabéis en qué casa, en qué nido?»
Los niños reflexionan a qué puerta ha llamado la mamá ratona. Quien lo sepa que
coja el instrumento y toque algunas notas. Ahora debes levantar la casita del bosque
correspondiente y comprobar si debajo está efectivamente la ficha de la ratoncita.